(Léase el título a ritmo de Gabinete Caligari, no empecéis jodiendo ya desde el principio)
A estas alturas ya todos sabemos quién es Celia Villalobos. Y se lo debemos todo a un videojuego. Seguramente, esta será la espada a esgrimir por muchos gamers a la hora de explicar por qué pasarse horas ante una consola, tablet o pantalla jugando online merece tanto la pena. Alguno incluso declarará que para vicepresidir el Congreso de los Diputados es necesario un mínimo de nivel en esta materia. En todo caso gracias, Candy Crush; gracias por enseñarnos cómo funciona la política actual.
Lo curioso de esto que muchos tildan de anécdota (porque... ¿no es acaso anecdótico que una persona que cobra unos cien mil euritos de ná al año dedique sus horas de trabajo a jugar?), es el ilimitado interés creado al respecto de... en qué nivel estará compitiendo la buena señora, ex alcaldesa de Málaga. Porque todo el mundo conocía este adictivo juego; no tanto a la política en cuestión. Y de nuevo tenemos que reverenciar al Candy Crush por haber puesto también en primera plana ese evento, ya no sé si festivo, recreativo o teatral que han dado en llamar Debate del Estado de la Nación. Porque sí, esta anécdota ha sido lo más destacado del asunto.