Julio está ya aquí. Lo cual quiere decir que la primera mitad de este 2015 se ha ido por el desagüe. Toca ahora determinar qué clase de desagüe es ese por el que se han sumido los objetivos marcados, los deseos cumplidos o fallidos. Pero es momento también de hacer hueco a las perspectivas que quedan por delante para enderezar el rumbo de lo que resta de año, si este no ha sido el anhelado. Habrá optimismo, habrá pesimismo, habrá conformismo y su antónimo. Porque seguramente no ha sido un primer semestre terrible, pero tampoco ideal. Veamos.
Los primeros seis meses de 2015 han traído acontecimientos, cuanto menos, curiosos. Me he negado a que en este espacio que he decidido hacer mío la política se convirtiese en protagonista principal. Por supuesto, teniendo en cuenta el papel destacado que le brindamos a la misma, y teniendo más en cuenta aun lo difícil que es hacer balance de lo que pasa en un país como este sin citar nada relacionado con este ámbito, algo tenía que filtrarse en estas entradas. Pero he sido fiel a mis principios, negándole la condición de protagonista a ese terreno hostil, y no dejaré de serlo con este post. No por eso callaré que lo que ha pasado en muchos municipios el 24M es algo que, al menos, deja constancia de que aquí hay gente que parece estar despertando de una larga siesta. Quién sabe si entre ellos terminaremos localizando al criogenizado Walt Disney; el reposo profundo de algunos ha sido equiparable al del mítico creador estadounidense.
No obstante, si hay motivos para frotarse los ojos y contemplar el futuro más próximo de manera más esperanzada, se hace necesario soltar a los perros que ladran contra la ilusión desmedida. Porque a partir de aquí entra en acción la parte más personal de estas líneas, el momento en el que las inquietudes internas y los sueños (terrenales) frustrados de quien escribe dejan de esconderse tras dictámenes generales y no muy precisos.
Gracias a Scary Movie 3 por este brillante e ilustrativo diálogo
El balance de este primer semestre de 2015, de mi primer semestre de 2015, es el siguiente. Advierto a quienes pueden tildarse de visitantes asiduos (gracias) de este blog que esto no se convertirá en una nueva oleada de pesimismo e ironía. Voy a intentar, sin prometer nada, ser lo más neutro posible. Porque creo que hay cosas positivas que resaltar, casi incluso que celebrar, acompañadas de otras que, como no podía ser de otro modo, incitan a hundir la cabeza en una almohada e imitar a Bella Durmiente.